domingo, 23 de agosto de 2009

actualidad

"(...) Es cierto; pero el grupo de gobernantes ambiciosos que se esfuerzan por despojarse unos a otros no tiene fuerza como para hacer miserable a la gente.  La constitución no escrita, más importante que la escrita, está en el corazón de cada hombre para hacer de él, pese a todo, un republicano y un hombre libre con una libertad que sería difícil de igualar en cualquier otra parte del globo.  El propio beduino no es tan libre, ya que rinde una casi supersticiosa reverencia y una absoluta obediencia a su jeque.  Aquí el dueño de muchas leguas de tierra y de innumerables ganados se sienta a hablar con el pastor a sueldo, un pobre tipo descalzo, en su rancho lleno de humo, y ninguna diferencia de casta o de clase los separa, ninguna conciencia de sus posiciones tan abismalmente diferentes enfría la cálida corriente de simpatía entre dos corazones humanos. (...) Si esta absoluta igualdad es incompatible con un perfecto orden político, en lo que a mí se refiere, yo lamentaría ver establecerse ese orden. (...)"


Extraído de "La Tierra Purpúrea que Inglaterra Perdió"
W. H. Hudson - 1885
Traducción de Idea Vilariño
Ediciones de La Banda Oriental - Abril 2009

Así éramos. Así nos veía un extranjero entonces.