Decilo... y en voz alta.
"Entonces, ¿de
dónde vienen estos problemas de límites?
De lo que sabemos, aprendemos de nuestras familias ... o no aprendemos de
nuestras familias. En una familia sana, los miembros respetan las
necesidades de cada uno.
Desafortunadamente
la mayoría de las familias se quedan muy cortas en este ideal y cruzan esa
línea de invasión emocional.
¿Tuviste un padre autoritario, excesivamente controlador, que nunca te dio
espacio para hacer florecer tu propia identidad, el padre que nunca respetó tus
límites, y que te convirtió en un ser humano temeroso y desconfiado? Tal vez
tuviste un padre que era más un niño grande que un padre, o más interesado en
ser tu mejor amigo y poco preocupado por tu bienestar (Dina Lohan me viene a la
mente) ¿Fueron tus padres demasiado rígidos y desconfiados como un medio de
ocultar su propia disfuncionalidad familiar al resto del mundo? ¿Tu padre
te culpaba de su vida miserable? ¿Tu madre te obligaba a vivir sus
sueños? ¿Tus
padres revisaban tu dormitorio cuando no estabas cerca para ver si tenías drogas? Leían tu
diario personal? Tus cartas privadas?
No fue hace tanto tiempo que los padres pensaban que sus hijos eran meros
reflejos de sí mismos. No como los individuos con su propia singularidad, sino
como pizarras en blanco que pueden controlar, dando forma a la imagen de sus
propios ideales. La idea de que los niños tienen derecho a sus propios
sentimientos, opiniones, deseos, necesidades, sus cuerpos y sus almas es
extremadamente moderna.
Si estás plagado de problemas de límites, te vas a ver en problemas para tener
cualquier tipo de relación sana, porque no sabes cómo elegir a tus amigos. Lo más probable es que
migrarás a personas con problemas de falta de encanto: crueles, groseros, narcisistas y
desagradables. El
tipo de persona que te preguntará qué te habrá poseído para hacerte comprar esa
ropa... o peor aún, te criticará con amigos la ropa que usas durante tu propia
fiesta de cumpleaños. Sí, bonito.
Y Dios no quiera que digas "Andá a cagar" o "Andá a hacerte dar",
que es realmente lo que estás pensando. No. Vas a sondear las profundidades
de tu memoria, analizando, catalogando y estableciendo referencias cruzadas con
todo lo que alguna vez dijiste a esta persona que le haya provocado como para
insultar la ropa que vistes. Y aun entonces, decidirás que es mejor simplemente no
decir nada para no agravar la situación. Luego te bajoneas, te sientes
realmente deprimido, te sientes como la mierda, y te entierras en dos bolsas extra large de M & Ms.
Por desgracia, hay mucha gente en este mundo que merodea buscando esas personas
increíbles, maravillosas y, preferentemente, del tipo cuidadoras que son
crédulas a sus encantos. Son maestros en capturarte con la guardia baja, con su
grandiosa pantalla de carisma, alegría e inteligencia aparente, y expertos en despedazarte
hasta hacerte sentir patológicamente indigno de amor y despreciable. Si alguna
vez te encuentras en compañía de un narcisista HDP de estos, confía en tus
instintos. Vete
mientras aún está sano.
Si quieres sanar tus problemas de límites, aprende a pedir lo que quieres. Deja de
hacer proyecciones, de sentir pánico y de preocuparte de que no le agradarás si expresas lo que necesitas. Ser claro acerca de tus límites es un
signo de respeto por ti mismo. Es la forma en que establecemos quiénes
somos y cómo queremos ser tratados. Si no te respetas a ti mismo, ¿cómo
esperas que alguien más lo haga?
Habla, y habla fuerte. Ruidoso y orgulloso. Practica frente
al espejo de ser necesario."
Extraído de "The Scarlet Dogma"
Traducción: Fabiana Mussini