Llega un momento en la vida en el que te das cuenta de que no todo depende de ti.
El
destino tiene sus propios designios.
La vida lanza sus propias cartas.
Diablos y ángeles se elevan y caen determinando aquellos momentos en
los que nada de lo que puedas decir o hacer podrá alterar el resultado. Es en estos momentos
críticos en que el alma encarna un tipo radical de poder. Se empapa en ellos. Deja ir. Imagino que todo se está desarrollando
exactamente como debería, aún cuando preferiría un largo y detallado check-list.
Pero esta especie de entrega trae consigo una comodidad cuasi revolucionaria.
El sueño está en orden. Habrá que hacer las camas. Cuidar el cuerpo se convierte en un ritual de alto propósito - la
única cosa sagrada y verdadera.
Hoy, precisamente hoy, tendré la noción de que no todo depende de mi.
Hoy, precisamente hoy, tendré la noción de que no todo depende de mi.
Crear un espacio de comodidad es un ejercicio.
Elegir la magia de la incertidumbre es mi obligación humana por hoy, precisamente hoy...
Elegir la magia de la incertidumbre es mi obligación humana por hoy, precisamente hoy...
Hoy le abriré la puerta a la bondad de creer
verdaderamente que no hay nada que
decir, nada que hacer, sino
esperar por aquello que sé con absoluta certeza desde
lo profundo de mi interior que será mi próximo paso.
Esperar.